Este post fue escrito por Arturo Fajardo, uno de los fundadores de ARVO.
No tiene nada de malo, así empecé yo. Algunos de nosotros nos vimos en la oportunidad/necesidad de emprender un nuevo negocio. En el proceso, enfrentamos que el formalizar una oficina que no fuera un café de estrellas, no era sencillo.
La búsqueda de un espacio de trabajo tuvo sorpresas: contratos ventajosos en dólares, co$to$ adicionales por servicios, llamadas no transferidas, recados truncos y por si fuera poco sentir que te hacen el favor por lo que pagas. Siempre pensé en poder ayudar a otros que como yo querían formalizar su negocio.